Nuestra hermandad se propuso impulsar la pastoral de la salud, tarea en la que nos implica tanto nuestra pertenencia a la parroquia como nuestros estatutos. Con tal fin, celebramos el pasado 11 de febrero la Jornada Mundial del Enfermo, jornada instituida por San Juan Pablo II para sensibilizar al pueblo de Dios y, por consiguiente, a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos. Nuestro compromiso nace de nuestros fines estatutarios, pero también nace de la responsabilidad que para nosotros tiene la advocación mariana que veneramos como titular desde hace veintisiete años, María Santísima Madre de Dios de la Salud.
Trabajamos en la tarea de transmitir que, si bien la enfermedad forma parte de nuestra experiencia humana, no la podemos vivir desde el aislamiento y en el abandono, si no acompañada del cuidado y de la compasión, compromiso que nos implica a todos los ciudadanos y especialmente a los creyentes.
La Eucaristía fue presidida por D. José Ramón García Boluda, que además cumplía 80 años en ese mismo día. Durante la misma se impuso la unción de enfermos a los hermanos y acompañantes que, bien por edad o por alguna enfermedad, quisieron recibirla.
Además, se hizo entrega de un cuadro de la Virgen de la Salud a dos asociaciones de la ciudad: Cavias (Asociación de Linares de Fibromialgia y Fatiga Crónica) y Corazones Rosas (Asociación de Pacientes con Cáncer de Mama). Después, las representantes de ambas asociaciones firmaron en el libro de la Hermandad en la capilla, junto a nuestros titulares.